El evento

Ultra Trail do Marão UTM

Imagínese una región en el norte de Portugal. Un Reino Maravilloso. Toda una región con secretos bien guardados por explorar, o no estuviera resguardada por una cordillera imponente – el Marão.


La sierra que durante siglos, notablemente separó toda una región situada en el norte de Portugal, de nombre: Tras-os-Montes; y sirvió de obstáculo para su desarrollo. Nos recuerda a la frase usada de quien por aqui nació, Miguel Torga: “Para acá del Marão, mandan a los que aquí están!”. Expresión esta tan pregonada por estos lados que claramente describe la relación aislada de esta región de características únicas del resto del país, fruto de los caprichos impuestos por estas montañas. Percorriendo la serpenteante carretera nacional 15, que une Oporto a Braganza, aunque sea ya más fácil desbravar la región, no se consigue un viaje muy rápido, pero los contrastes de sus paisajes dan compensación al retraso: las vistas son asombrosas.

Marão hoy ya no es más el obstáculo, sino la puerta de entrada a tierras de belleza impar, de innumerables encantos, desafíos únicos y de búsqueda de secretos singulares.


¡Hay todo un Reino Maravilloso por descubrir!


O Ultra Trail de Marão viene a proporcionar el desafío de aventura genuina en recorrer a pie por las montañas más temibles y las cumbres más agrestes de esta cordillera serrana, por nieve como por roca, limitada por los ríos Tâmega (oeste), Corgo (este) y Duero (sur). Caminos repletos de historia que nos transportan al imaginario de otros tiempos y nos hacen sentir en la piel lo brutas que son estas montañas para sus gentes. Gentes de sacrificio y sencillez. Nunca se rienda frente a las dificultades. Sueño. Acepte el desafío. Cree. Y alcance la joya del Tâmega.

El Desafío empieza en Amarante, apodada como La Princesa del Tâmega. Lugar mágico de encuentro de generaciones que interactúan con la cultura, la historia y las tradiciones. Recorriendo caminos con milenios de historia, otros ya seculares se enfrenta a un ascenso y descenso desafiantes y se está en Canadelo.

Población serrana encajada en el macizo montañoso oeste y donde se reconoce aún hoy una identidad muy tradicional, esencialmente en el pastoreo. Aquí empieza verdaderamente el desafío del descubrimiento de estas serranías. El camino nos orienta hacia lo desconocido y la bajada por los despeñaderos de la ribera de las Covas exige concentración. Después de una pequeña fuente, las minas de Sobrido.

Su explotación fue el origen del pequeño pueblo de Canadelo; utilizaron allí los hornos de la cal para hacer el calcáreo que sirvió para la construcción de la línea férrea del Tâmega. Pero aquí su exlibris es una acequia, toda ella construida en piedra. He aquí el río Olo, muy atractivo para los chapuzones en días calientes. El camino se desarrolla ahora en la sierra de la Meia Vía, una corta y dura subida nos lleva hasta las Crestas. Del pueblo de Mouquim (allá arriba) se toma un camino secular hasta la tan afamada “puente de alambre”. Se atraviesa el río Olo, y se entra en el Reino Maravilloso. Se está en la sierra del Alvão y nos brinda el típico pueblo de Tejão. La subida para la torre de vigilancia es de fácil progresión, y en la meseta de Portela da Louseira, si de día, invita a que afloje, respire hondo y contemple. Es el más hermoso balcón para admirar: el Planalto (Meseta) de Vaqueros (1311m), las cascadas de las Fisgas de Ermelo y el Monte Farinha (947m, que tiene como icono el Alto da Senhora da Graça). Se abre la sierra abajo y después de una antigua exploración minera, un camino llamado inca prepara el pasillo para el encanto de Chão de Rosso. Se está sólo de paso tal como ya estuvieron en otros tiempos los osos ibéricos; las silhas lo recuerdan. Surge el bucólico pueblo de Pardelhas. Perdido en el tiempo y de la modernidad prepara el atleta para el tramo más exigente del desafío. El cumbre del Monte Velão a Pena Suar se elevan vientos tempestuosos. No es Adamastor (gigante de la mitología portuguesa basado en la mitología greco-romana y muy hablado por el escritor Luís de Camões). Sino el Alvão y el Marão que se pelean y miden fuerzas. El atleta se abriga en el Alto de Espinho y ataca el Alto de las Veias y el Portal de la Freita (1344m). La tormenta da treguas. Se entraña un bosque de abedules. En el pueblo de Montes la personas son muy afables, como en Cotorinho. La belleza de los bosques que bordean el río Moínhos refuerza las fuerzas para atacar el KM Vertical de Marão. Se está todavia por la mitad de la subida y se encuentra con una monstruosa pared por delante. Nos rodean rudos acantilados, agrestes, agresivos y salvajes. Resiliencia. La lucha expande la rabia, pero el alma se acoge. Este es su Reino. Surge el Observatorio Astronómico. Conquistamos el punto más alto de la cordillera, el Vértice de Marão (1416m). Y somos confortados en el refugio de la Senhora da Serra, donde los más vigorosos son invitados a seguir viaje.

Se aleja del Reino Maravilloso. El largo descenso pasando por la cumbrera de la Fraga da Ermida, la Encosta das Lajes y Seixinhos brindan con panorámicas soberbias. Mafómedes es uno de estos pequeños paraísos. Los bosques de castaños y robles centenarios se extienden hasta Teixeira. El paisaje serrano cambia profundamente. La sierra de Matos está desnuda de forestación, los bloques de piedra se amontonan y es fácilmente accesible. La antigua calzada romana (antes olvidada) lleva a pasar por varios afloramientos rocosos. En la colina del Castillo fue hecha siglos atrás una fortificación, de donde se comandaba todo este territorio. Por caminos rurales se esconde en la Mata de Reixela, la más importante área de bosque nativo de la región. Se traspone el río Ovil y se entra en la sierra de Aboboreira. La última subida larga conduce a ir sobre la más vasta necrópolis megalítica de Portugal. Por caminos de montaña se desciende pasando la Aldeia Velha y se deambula en una sucesión de exuberantes cascadas a lo largo del riachuelo de la Goiva. Se llega al río Ovelha. Se toma una pequeña subida por la acequia de Salvador del Monte. Después de un corto descenso hasta la pista de Formão. Son dos kilómetros finales con excelentes vistas al río Tâmega. Donde el recorrido forestal y plano proporciona el desahogo deseado y permite admirar toda la bellísima zona ribereña donde se evidencia naturalmente la ciudad de Amarante. Punto de parada final de este desafío.

¿Te atreves a participar? ¡Vive el desafío! ¡Esperamos por ti!